En esta entrada hago una adaptación del cuento "Toda clase de pieles"; la adaptación ha consistido en cambiar el tiempo en el que transcurre la historia, ya que creo que para los niños de sexto de primaria (a los que va destinado este cuento) les puede resultar más entretenido una historia que este situada en una realidad mas cercana aunque no sea la que ellos vivan. Aparte de este cambio, que reconozco que es bastante grande, no he hecho muchos más cambios, solo los relevantes a la temporalización (un hotel en vez de un palacio, un empresario en vez de un rey, etc)
LA EXTRANJERA
Nuestra historia comienza en Madrid, en
una de las calles más transitadas de la ciudad, vivía una familia
muy feliz. El padre era un importante empresario que tenía
muchísimas empresas tanto en España como en el extranjero. La madre
era una de las mujeres más guapas que te podías encontrar paseando
por la ciudad. Eran señores muy felices y aún más cuando se
enteraron de que iban a ser papás. ¡Que gran ilusión les hizo esta
noticia! Cuando pasaron los nueve meses, nació su hija. Los años
pasaron y la niña comenzó a crecer, era igualita que su madre,
tenía una melena castaña y unos ojos verdes preciosos. Pero al poco
tiempo la madre falleció, fue un día muy triste para la familia.
Según iban pasando los años, el padre estaba cada vez más
preocupado, sus negocios del extranjero comenzaban a tener pequeños
problemas, pero él sabía que podrían surgir de ellos problemas más
graves. Por lo que pensó: “Necesito a alguien de confianza, que
dirija mis negocios de España y así yo poder ir al extranjero”
tras pensar en esto durante varios meses se le ocurrió una idea;
durante la cena se lo comunicaría a su hija.
Poco antes de la cena llegó la hija a
la casa, Mariela la dijo:
- Tienes que prepararte para la cena,
hoy hay invitados. La cena se servirá a las nueve y media.
A las nueve y media, puntuales como un
clavo, llegaron los invitados, “Son los compañeros de trabajo de
mi padre, que extraño” pensó la hija.
La cena transcurrío con normalidad, un
par de bromas por aquí un poco de peloteo al jefe por allá; pero en
cuanto llego el postre a la mesa, el padre dio la noticia.
- Queridos invitados, como supondréis
mi intención no era solo llenaros la barriga- dijo mientras soltaba
una sonrisa amistosa- sino presentaros a la nueva directora de tosas
las empresas de España, mi hija.
Se hizo un silencio en la sala, que
solo fue capaz de romper la propia hija.
- Pero padre, aún no he terminado el
bachillerato, yo no puedo dirigir las empresas-
- Vaya es cierto, bueno como solo te
quedan un par de meses, en cuanto termines el bachillerato podrás
ponerte a trabajar.
La hija aterrada, por no poder elegir
su futuro se fue a su habitación sin siquiera terminar de cenar.
“Bueno, seguro que cuando acabe se le habrá quitado esa estúpida
idea de la cabeza” pensó.
Pasaron los meses y la hija terminó el
bachillerato. Y su padre le volvió a decir que pronto empezaría a
trabajar, fue entonces cuando se le ocurrió una genial idea.
- Pero padre no puedo aceptar ese
puesto sin saber como funciona la empresa-
- Cierto- dijo el padre- que razón
llevas, bien pues este verano,vendrás todos los días conmigo al
trabajo, así conocerás a los trabajadores y como trabajamos.
Así paso el verano, la hija conoció
todos los trabajadores y sabia donde estaban y a que se dedicaban las
empresas que tenían en España, así que se la ocurrió otra
fantástica idea. El día que su padre la volvió a mencionar lo de
trabajar, le dijo:
- Pero padre, como voy a ser una buena
directora si no conozco las empresas del extranjero, tendré que
conocer como trabajamos con todas nuestras empresas.-
- Mmm- dijo el padre acariciándose la
barbilla- tienes razón es muy importante que nuestras empresas
tengan las mismas características de manera universal, podrías ir a
Berlín, allí esta una de las sedes mas importantes de la empresa,
estar un par de meses y después volver para ser directora.
Así fue como la hija del empresario
conoció Berlín, allí pensó que ya era ridículo seguir atrasando
algo que iba a acabar ocurriendo así que se le ocurrió una última
idea, no solo cogería el billete de avión para volver a Madrid sino
que también cogería un billete para ir a Londres; y se montaría
solo en uno de esos aviones ¿adivináis en cual? Si, la hija se fue
a Londres, allí conoció a unos señores que trabajaban en uno de
los hoteles más prestigiosos de la ciudad y les pidió trabajo. La
consiguieron trabajar de pinche en la cocina, no cobraban mucho pero
se podía alojar en el hotel.
Pasó el tiempo y Extranjera (así era
como la llamaban sus compañeros, porque no sabían su nombre) empezó
a ser muy feliz, no solo se llevaba genial con sus compañeros sino
que también había descubierto que la apasionaba la cocina, el chef
la enseñaba todos los días algún plato. La vida de Extranjera era
perfecta.
Un día el dueño del hotel decidió
dar tres fiestas, celebrado que la temporada había sido un éxito. A
la fiesta acudieron unas doscientas personas, todas de gran estatus
social.
“Una vez yo pertenecía a ese mundo”
pensó Extranjera “No creo que pase nada porque me escape después
de la cena y baile un poco” Y así fue como ocurrió, después de
servir la cena Extranjera se fue a su habitación, se puso uno de sus
vestidos y el llamador de ángeles que le regalo su abuelo y se fue a
la fiesta. En la fiesta se lo paso muy bien, incluso bailo con el
hijo del dueño, cuando acabo el baile se fue a su habitación,
mientras que se ponía el pijama, el chef llamó a la puerta.
- Extranjera, te necesito en la cocina-
dijo el chef a través de la puerta.
Así que rapidísimo, se puso su
uniforme y fue a la cocina.
- Tienes que llevar el tazón de leche
al hijo del dueño, habitación 203.- dijo el chef.
Mientras subía la leche a la
habitación, se le ocurrió echar el anillo que llevaba siempre
puesto, un regalo de su madre. Era algo arriesgado perderlo, pero le
gustaba demasiado ese chico como para desaprovechar la oportunidad.
Así que se lo entrego con anillo incluido y después se fue. El
chico, se llevo una sorpresa al ver el anillo, y pensó que habría
sido un descuido del chef.
Al día siguiente igual, después de la
cena, Extranjera se puso sus mejores galas y fue al baile. Después
de pasar otra magnifica noche con el hijo del dueño, fue a la cocina
para llevarle su tazón de leche. Solo que esta vez sumergió la
pulsera de plata que le entregó su padre. Cuando Extranjera salió
de la habitación, el chico se extraño, era sospechoso que el chef
que tenían cometiera errores como esos, pero lo más sospechoso era
lo pequeños que eran, tanto el anillo como la pulsera solo podían
ser de mujer.
El tercer día de la fiesta transcurrió
exactamente igual que los anteriores, solo que esta vez a Extranjera
se le pasó el tiempo volando, y cuando fue a cambiarse de vestido se
le olvido quitarse el llamador de ángeles, el peinado y el
maquillaje. Fue corriendo a la cocina a por el tazón de leche y
subió a la habitación 203. Pero subiendo se dio cuenta de que no se
había terminado de quitar el peinado, pero no podía hacerlo en ese
momento porque llevaba las manos ocupadas. Cuando entro en la
habitación del chico, dejo rápidamente la taza en la mesa y se
soltó el pelo a la vez que se iba.
- Disculpa- dijo el chico- creo que
esto es tuyo- tenía en la mano el anillo y la pulsera, y se empezó
a acercar a Extranjera, la cogió del brazo, la giró suavemente y la
hizo levantar la cara.
- Que pasa Extranjera, ¿pensabas que
no iba a reconocerte? Un poco de maquillaje,un buen recogido y unas
cuantas joyas no son suficientes para ocultar tu belleza- dijo el
muchacho- sé que eras tu la del baile y también sé que estas joyas
son tuyas-
-Perdóneme señor, yo solo
pretendía...-
-¿Qué pretendías?
- Que se fijara en mi, pero no se
preocupe que no volverá a ocurrir- dijo Extranjera.
-Claro que no, ya no puedo parar de
fijarme en ti- dijo el chico.
Y así es como Extranjera y el hijo del
dueño empezaron a escribir su propia historia juntos.
FIN